ANTOLOGÍA POÉTICA: Vicente Romero en el Pregón de Semana Santa, 1983

En 1983 el abogado y destacado cofrade alcalareño Vicente Romero Gutiérrez dedicó estas palabras a Nuestra Hermandad en su Pregón de la Semana Santa, pronunciado en el desaparecido Teatro-Cine Cervantes, de la plaza del mismo nombre:

DOMINGO DE ORACION

Ha comenzado el drama, que tendrá sangriento epílogo. Jesús al partir el Pan y el Vino de la Ultima Cena, parte con nosotros su Cuerpo y su Sangre. Luego, fue con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní. La tibieza de la noche perfumada de luna se extendía por todos los ámbitos. Ya al otro lado del Cedrón, rumoroso y tranquilo, Jesús volvió la cabeza hacia Jerusalem, cuyos muros tenían un palor esotérico y brumoso, como estremecidos por la mirada del Rabbi, que había predicho todas sus calamidades. Y Cristo reanudó su lento andar más caviloso y pensativo.

Subieron por las laderas plateadas de olivos, en cuyas sombras, el lugar dibujaba suaves caminos pálidos, hasta llegar al sitio donde el Maestro tenía por costumbre orar. Allí Cristo reza, suda sangre y se estremece. "Padre, pase de mi este cáliz.. pero no se haga mi voluntad. sino la tuya".

Desde 1965, los cofrades del Carmen, antes los fundadores, luego,Hurtado, vienen realizando una magnífica labor de asentamiento y consolidación, hoy continuada por Jacinto y su equipo, que en perfecta armonía con todos los hermanos, harán posible en su nueva singladura, que se mantenga vivo el espíritu cristiano y cofrade de la Hermandad.

Y así, cada Domingo de Ramos, saldrá de la Capilla Salesiana, en andas barrocas caobeñas, y relieves policromos, la sagrada Imagen de Jesús orando, con los ojos levantados al Cielo; en sus clavículas el llorado temblor del Divino cabello, y sus manos abiertas, corazón y dolor, porque siente que toda su naturaleza humana va a rendírsele.

Frente a él, un Angel le trae de parte del Padre, el Cáliz, símbolo significativo de la Pasión, que representa la Voluntad divina; el Cáliz que él, sudando sangre quiso haber evitado, el cáliz que tú y yo hermano, no queremos beber, y dejamos una vez y otra, entero para Cristo.

El Domingo de Ramos va a cerrarse en el terciopelo tunical de la Penitencia; el pueblo ha comprendido la sublime teología de este paso, y una voz en la tarde, con lamento de saeta alcalareiia, garganta rota y fondo de soleá, te dirá llorando:

Que no llegue tu agonía

que no repique tu sangre

en el temblor del Madero,.

¡Qué ya es bastante la Cruz
de Tu Oración en el Huerto!

Y detrás María. Un Rosario corona cada uno de los doce varales, magistralmente cincelados de su Paso. Se dice que cada varal significa un Apóstol, pero cada Rosario significa una invitación al rezo más completo de la Iglesia.

En el primero, vemos a Santo Domingo de Guzmán, recibiéndolo de la Virgen; en el siguiente, a San Pío V, instituyendo su fiesta tras la victoria de Lepanto; aquél otro, recuerda la frase de Juan XXIII: "EI Rosario, es la Biblia de los pobres", éste, las indulgencias plenarias, la apostólica, la de los crucíferos; detrás, el Rosario de América, el Rosario perpétuo instituido por los españoles en Santo Domingo de la Antigua.

Cada varal, una exaltación del rezo de los quince Misterios, y al llegar al último, la consigna del Padre Peyton: "Familia que reza unida, permanece unida". En el Centro del Paso, bajo un Palio de malla transparente, con delicados bordados, el Rosario hecho carne, el Rosario hecho Belleza, el Rosario en pie, María del Rosario llena de lágrimas, que con el pecho atravesado por un puñal, aún tiene una mirada para entregarnos su Rosario.

ROMANCE DEL ROSARIO

De la Capilla del Carmen,

está saliendo el Rosario.

Doce Rosarios al aire

amoroso recetario

seguido de letanlas

que bajando del Calvario

nos va enseñando Marla.

Primoroso relicario

de Salvación que nos gula

cariñoso abecedario

de glorias y avemarlas,

que al compás del incensario

va desgranando las cuentas

de su rezo trinitario,

cuando sale jubilosa,

Madre de Dios del Rosario.